El director de Econométrica analiza para iProfesional la perspectiva de la carrera entre la inflación y los ingresos en el sector más pobre de la sociedad.
El salario registrado de bolsillo no llega a 500 dólares. Los ingresos de los trabajadores informales no superan los 300 dólares aún con planes y subsidios. Las jubilaciones no superan los 200 dólares aún con bonos adicionales.Solo hay 400 mil autónomos en una población de 47 millones de habitantes. El impuesto a las ganancias alcanza a un millón de trabajadores, lo que implica que sólo el 5% de la población económicamente activa tiene un ingreso superior a 1.000 dólares mensuales.El Indec informa que el 90% de todos los puestos de trabajo en el país tienen ingresos inferiores a 400 dólares. Dicho de otra forma, actualmente el 90% de los argentinos ganan menos que el salario mínimo de Chile o Uruguay.
Parte estructural de este modelo económico de salarios bajos, es la constante aceleración de la inflación que busca comprimirlos aún más. Simple, el Estado necesita financiamiento y obtiene los recursos vía el «impuesto inflacionario».
La consecuencia del modelo es un incremento estructural de la pobreza, que ya escala al 39,2% de la población, magnitud similar a los observados en 2006, en 2001 y en 1989, previo a la hiperinflación.
La pobreza no afecta a todos por igual. Más de la mitad de los menores de 14 años en Argentina son pobres. El 45% de la población entre 15 a 29 años son pobres. Entre los adultos mayores, el 14,5% de la franja etaria son pobres, magnitud que está marcando un récord, incluso por arriba de los registros en plena pandemia. La realidad de los asalariados bajo línea de pobrezaPara medir la pobreza por ingresos, los países establecen un piso de ingresos mínimo y estiman que porcentaje de la población logra superarlo. En Estados Unidos el 12% de la población es pobre, dado que viven en hogares que no logran un ingreso superior a los u$s2.200 por mes (u$s26.000 anuales)
En Latinoamérica para medir la pobreza se utiliza el costo de una canasta básica de bienes y servicios, que según el país ronda los 600 a 200 dólares por hogar por mes. En Chile y Uruguay la canasta de pobreza está más cerca de los 600 dólares, en tanto que en Bolivia y Perú el costo de la canasta se establece más cerca de los 200 dólares.En Argentina el Indec estima en 482 dólares el costo de la canasta de bienes y servicios que se utiliza para medir la pobreza, y de 219 dólares la canasta básica de alimentos para medir la indigencia. Datos para el mes de febrero último y para una familia tipo de cuatro integrantes.

Los recientes datos que divulgó en Indec implica que el 39,2% de los argentinos son pobres, dado que viven en hogares con ingresos inferiores a 500 dólares por mes, y el 8,8% de la población es indigente, dado que vive en hogares que no logran ingresos de 200 dólares para cubrir una canasta básica de alimentos.
Vale destacar la nueva realidad de Argentina de trabajadores pobres. Incluso el salario promedio del asalariado registrado es igual al costo de la canasta de la pobreza, ambos cerca de 500 dólares. Sólo si trabajan los dos adultos del hogar podrán mantener la familia algo más lejos de la línea de pobreza.

Según estimaciones oficiales «casi la mitad de los hogares en donde al menos uno de los responsables del hogar es un asalariado informal, se encuentran en situación de indigencia o pobreza».El salario mínimo actualmente está por debajo de la línea de indigencia.En definitiva, el salario en Argentina colapsó en tal magnitud que tener trabajo ya no es garantía que permita evitar la pobreza.
